domingo, 16 de marzo de 2025

EL LEGADO DE LOS INVISIBLES: la realidad de los mayores.




Chula. Nuestra última incorporación.



El abandono tiene muchas formas. No siempre es el de quien, sin remordimientos, deja a su gato en la calle o lo lleva a un refugio con la excusa de no poder atenderlo. Hay un abandono aún más triste, más cruel por su injusticia: el de los gatos mayores que, tras una vida de compañía y amor, se quedan solos cuando su humano muere.


Nos parte el alma ver cómo un gato, acostumbrado al calor de un hogar, a los ritmos de la casa, a la voz y las caricias de su humano, se queda esperando en vano. Primero inquieto, luego confundido, y finalmente en un silencio doloroso. Porque los gatos también sienten la ausencia. No entienden la muerte como la entendemos nosotros, pero entienden que alguien que era su mundo ya no está. Y lo buscan. Y esperan.


Y cuando finalmente alguien se decide a “solucionar el problema”, rara vez lo hacen con el cariño que merece. En el mejor de los casos, lo llevan a una protectora. En el peor, lo dejan en la calle, sin comprender que un gato doméstico no sabe sobrevivir fuera. No caza, no se defiende, no entiende el frío de la intemperie. Y lo más triste de todo: cuanto más viejo, menos lo quieren.


Los gatos mayores en adopción son los grandes olvidados. Los cachorros se adoptan en un abrir y cerrar de ojos. Los adultos jóvenes aún tienen oportunidades. Pero un gato de diez, doce, quince años… ¿quién lo adopta? Y sin embargo, son los más fieles, los más nobles, los más agradecidos.


En El Salón de Mi Casa CAT CAFE, no podemos mirar hacia otro lado. No vamos a permitir que nuestros gatos acaben abandonados. Cuando alguien adopta en nuestro CAT CAFE, no lo hace solo con la emoción del momento. Lo hace con responsabilidad. Exigimos que cada adopción contemple un heredero del vínculo, alguien que se comprometa a cuidar del gato si su primer adoptante fallece o ya no puede atenderlo. 


Pero sabemos que la vida da muchas vueltas. Que la buena voluntad, a veces, no basta. Por eso, en última instancia, nos hacemos responsables de los gatos que han salido de aquí. Si un gato que ha sido adoptado con nosotros se queda sin hogar, vuelve a nosotros. No porque queramos recuperar gatos, sino porque queremos garantizar su bienestar hasta el final de su vida.


Nos duele ver cuántos michis mayores se quedan sin nadie, cuántos son descartados cuando más nos necesitan. Nos pesa en el alma cada historia de un gato que, tras años de lealtad, termina en una jaula o en la calle. Pero en nuestro CAT CAFE, eso no va a pasar.


Si buscas adoptar un gato en Bilbao, si de verdad quieres darle un hogar a un felino, ven y conoce nuestra filosofía. Aquí la adopción no es un trámite, es un compromiso de por vida. Porque un gato no es un objeto ni un capricho. Es un compañero, un miembro de la familia. Y su amor no merece quedar huérfano.


Adopta con responsabilidad. Porque su historia no debe acabar en el abandono.


Marta RO

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