EL REAL “DECRETO DEL DEMONIO”
Recientemente he tenido noticia de la entrada en vigor de una
normativa que afecta y mucho a nuestro admiradísimo colectivo veterinario; en concreto
el Real Decreto 666/2023, que regula la distribución, prescripción,
dispensación y uso de medicamentos veterinarios.
La normativa introduce el sistema PRESVET, que
obliga a los veterinarios a notificar cada prescripción de antibióticos al
Ministerio de Agricultura. Además, prohíbe la venta directa de medicamentos en
las clínicas veterinarias, limitando la dispensación a las farmacias.
El colectivo de veterinarios se ve por ella atado de pies y
manos; parece que cada paso que dan en este sentido, ha de ser comunicado al
Ministerio de Agricultura. ¿Por qué a éste? Porque los veterinarios no son “sanitarios”
oficialmente, además de que entre sus “pacientes” están incluidos no solo
nuestros peluditos caseros, sino también los animales de granja.
Cuestiones como prescribir un antibiótico y no notificarlo
en el sistema PRESVET; administrar un antibiótico de amplio espectro a modo de
urgencia sin esperar a los resultados de un determinado cultivo… pueden suponer
sanciones que van desde los 60.000 euros hasta el millón.
Según parece, los veterinarios podrán seguir administrando
antibióticos pero -sin importar su criterio y experiencia- ,no uno de amplio
espectro sin haber realizado antes un cultivo bacteriano determinante. Cultivo cuyo
resultado puede demorarse hasta siete días.
La segunda parte de este despropósito es que los
veterinarios no pueden dispensar “tres pastillas” o la dosis que estimen
necesaria. No. Se ven obligados a remitirte a la farmacia donde, lógicamente,
tendrás que comprar toda la caja, de veinte, treinta o cincuenta comprimidos.
Esta historia ya se ha cobrado la primera víctima, la
perrita gallega Jack murió por tener que esperar al resultado del cultivo,
cuando su veterinario tenía bien claro qué antibiótico y qué dosis administrar
para combatir la infección que sufría.
El colectivo se ha alzado en pie de guerra, ¡normal! Cuando las
decisiones de su maravillosa profesión -vocacional, sin duda-, que es curar y
salvar la vida de animalitos domésticos, se ven limitadas y cuestionadas por una
normativa que pretende… No tengo ni idea qué y, lo peor, tampoco estos profesionales
lo saben.
Este próximo 5 de marzo veterinarios de toda España van a
manifestarse frente al Ministerio de Agricultura, en Madrid, a las 10 a.m.,
exigiendo la derogación de esta incomprensible normativa.
Como CAT CAFE de Bilbao, nuestro apoyo incondicional,
solidaridad, agradecimiento y malestar van con vosotros. Los gatos, es verdad,
tienen siete vidas; pero nuestros veterinarios han salvado más de esas siete no
en pocas ocasiones. Gracias mil por vuestra impagable labor.
Por Carmen
No hay comentarios:
Publicar un comentario